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Todos hemos oído hablar últimamente sobre los beneficios o perjuicios que pueden causar a nuestra salud los alimentos frescos de origen animal, alimentos procesados, dieta mediterránea, otras tendencias… se oyen palabras como sostenibilidad, contaminación, recursos… y como todo en esta vida, nada es completamente bueno o malo. Es necesario un equilibrio.

Los alimentos de origen animal, y más concretamente los pescados, de los que hablamos en este artículo, han sido y son, un alimento básico. Son una importante fuente de nutrientes y forman parte indispensable de “nuestra” apreciada dieta mediterránea. Si a eso unimos los controles sanitarios que se llevan a cabo en los Mercados Centrales, es sin lugar a duda un plus de seguridad alimentaria y de calidad del producto.

La dieta mediterránea es una forma de alimentación basada en un elevado consumo de cereales, frutas, verduras, hortalizas y legumbres, incluyendo con gran relevancia los pescados y el aceite de oliva como fuente principal de grasas, y todo ello dispuesto en un entorno de hábitos saludables: actividad física y ocio al aire libre. Es un buen ejemplo de dieta variada, nutritiva, apetecible y saludable, que además ayuda a prevenir enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación. Está recomendada por la AECOSAN como dieta saludable.

Muchos son los beneficios y bondades que nos ofrece el pescado, puestos a veces en duda por lo controvertido del medio en el que viven. La contaminación acuática por sustancias tóxicas es un hecho. Sin embargo, los estudios demuestran que el riesgo de padecer determinadas alteraciones por el consumo de pescado tiene un riesgo ínfimo, ya que primero tendrían que contaminarse los peces, y posteriormente nosotros tendríamos que basar nuestra dieta exclusivamente en pescado durante toda la vida.

Los expertos recalcan que los beneficios en nuestra salud tras el consumo de pescado, siguiendo las recomendaciones de la AESAN, superan los riesgos que eventualmente pudiera entrañar, en ninguna circunstancia mayor que el mero hecho de vivir en una sociedad industrializada y desarrollada.

El pescado es una fuente rica en proteínas, ácidos grasos insaturados y poliinsaturados, esenciales omega 3 y omega 6, minerales y vitaminas, beneficiosas y necesarias para nuestro cuerpo.
El pescado blanco aporta menos cantidad de grasa que el azul, aunque este aumenta los niveles de colesterol HDL (“bueno”), disminuye los del LDL (“malo”), y por tanto se minimizan los riesgos de enfermedades cardiovasculares.

Existe una gran variedad de especies, pescado blanco, azul, capturado en el mar, en aguas dulces, de acuicultura… que ofrecen al consumidor final una alta variedad para poder alternar en el consumo y respetar la ración recomendada por instituciones como la AECOSAN de tres o cuatro raciones a la semana.
Como ente superior, la Unión Europea cuenta con un estricto y garante sistema de Seguridad, control y calidad alimentaria. Sus Reglamentos se transcriben a nuestra legislación en forma de Leyes, y/o Reales Decretos, que velan porque a nuestras mesas lleguen alimentos seguros y de confianza.
Estos alimentos han pasado por controles exhaustivos de la Autoridad competente y cumplen los parámetros para que sus beneficios sigan sumando positivamente en nuestro desarrollo.

El riesgo cero no existe, pero sí la prevención y la lucha de todos para cuidar nuestros mares, nuestro mundo, y asegurar que perduren las especies. Debemos potenciar un consumo responsable de alimentos y la mayor transparencia e información al consumidor.

Y esto también hay que abordarlo desde la denuncia de las falsas noticias (o fake news) que periódicamente aparecen y se propagan por las redes sociales sin base ni fuente fiable. En muchas ocasiones es más difícil combatir una alarma social infundada que una alerta sanitaria real. Una tarea que debe ser compartida entre todos los que intervenimos en la cadena de valor del pescado.

Para ello, la educación nutricional sigue siendo la mejor de las herramientas para formar una sociedad responsable, exigente y conocedora del valor de la alimentación en el desarrollo humano.
Comer pescado es seguro y saludable. Come rico, come sano, come pescado.

Montserrat Fdez – Muela Garrote
Responsable de Calidad y Veterinaria de AEMPM