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«Charlamos con Julián Montes Esteban»

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Hoy charlamos con Julián Montes Esteban, socio de Pescados y Mariscos Montes.

IMG_1398 - copiaLa historia de Julián es la historia de un burgalés originario de Aranda de Duero, que siendo un chaval y sin conocer absolutamente nada del pescado y del Mercado, un 1 de septiembre de 1984, cogió sus bártulos y se plantó en Madrid para comenzar a trabajar de mozo descargando camiones de Pescado.

Desembarcó en el Mercado de la mano de Álvarez Entrena, empresa que por aquel entonces, era la más grande en el sector pesquero con una presencia de 11 puestos en el Mercado Central de Pescados de Mercamadrid. Julián recuerda aquella etapa con nostalgia, por el ambiente frenético que aquí se vivía, por el volumen de producto que se descargaba, por la cantidad de pescaderos que aquí acudían…

Aunque la creencia popular es que los lunes no hay pescado porque no se recibe producto esa noche, no es así, y el responsable de que el lunes no se cierre el Mercado fue el señor Juan Álvarez. Julián recuerda que todo Mercamadrid secundó la huelga para cerrar los lunes, a excepción de Álvarez Entrena, por lo que sus empleados tuvieron que lidiar con piquetes durante varios días, hasta que finalmente, la Nave Central de Pescados consiguió poder abrir los lunes.

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Tras seis meses de duro trabajo, consiguió un puesto para su hermano Ignacio Montes en la misma empresa, y a partir de ese momento comenzaron su lento ascenso hasta llegar a donde están hoy en día.

“Hicimos de todo; cobrador de vendido, escribiente, encargado en un puesto, etc.”

Hasta que el 3 de mayo de 1993 fundaron Pescados y Mariscos Montes, por lo que acaban de cumplir 24 años como empresa. En la actualidad cuentan con dos puestos en nuestra Nave

Los tiempos han cambiado, y el mercado también ha experimentado un cambio desde aquella época.

Julián recuerda que por aquel entonces, en Madrid tan solo existían dos grandes superficies de alimentación: Continente, en Alcobendas y Alcampo, en Vallecas. Mientras que habría en torno a 4000 o 5000 pescaderos que a diario acudían al mercado para abastecer a toda la ciudad. “Un viernes cualquiera de aquella época desde el puesto en que yo trabajaba no se veía el suelo del Mercado, tan solo cabezas. Vendíamos en un día lo que actualmente vendemos en una semana”.

A medida que comienzan a desarrollarse las grandes empresas de distribución, la venta en el pequeño comercio comenzó a disminuir. Para que nos hagamos una idea, la semana pasada Ahorramas inauguró su tienda número 258, y comenzaron con 3 pescaderías en Vallecas.

“La vida del pescadero es una vida muy sacrificada, y en la Comunidad de Madrid el trabajo del detallista está muy mal enfocado, es un trabajo de 14 o 15 horas diarias 6 días a la semana, por lo que es difícil encontrar mano de obra. En otras comunidades las pescaderías solo abren por la mañana de 9 a 2 de martes a sábado. Allí sigue habiendo pescaderías, mano de obra, etc. y

libran dos días en semana. Ahora solo habrá 800 o 900 pescaderos, pescadería que se cierra pescadería que no abre”

El Mercado Central de Pescados vive principalmente del pequeño comercio, por lo que al verse reducido en número, el descenso en la venta también se ha notado.

A pesar de las cifras, Julián no se muestra pesimista, cree que habrá que reinventarse y buscar fórmulas que permitan remontar.

Como han hecho en Pescados y Mariscos Montes, en su negocio en un principio comercializaban moluscos bivalvos vivos, (chirlas, mejillón, etc.) algo de pescado de acuicultura como la trucha (fueron la empresa que más trucha comercializó de España durante muchos años), etc. Pero con el paso de los años han tenido que diversificar, de trabajar 5 o 6 productos ahora tendrán 60 o 70 referencias. Suministran producto a diario a diferentes partes de España y como seña de identidad, el 80-90% del producto que comercializan es nacional.

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Julián cree que España es una plaza en la que se mira mucho el precio, y que el ama de casa no está acostumbrada a interesarse por la procedencia del producto, (si ecológico, de acuicultura o salvaje), pero poco a poco habrá que realizar campañas para convertir al consumidor en experto y que se muestre exigente con la calidad del producto que se va a llevar a casa.

En este sentido desde AEMPM se están realizando esfuerzos para que así sea. Esperamos que el año que viene cuando volvemos a charlar con Julián, todos esos esfuerzos hayan dado frutos.